Festejan los que ganan


Luego del mundial de 1986 me encontré con Carlos Bilardo, quien todavía estaba mortificado porque en la final Alemania había hecho dos goles de cabeza. Aún mascullaba bronca. Sin embargo, con picardía, me dijo "los únicos que festejan son quienes ganan". Ayer domingo, frente al televisor, me acordé de esa frase. Veía atónito como Daniel Filmus decía estar contento -se lo podía haber dicho a su cara, que reflejaba todo lo contrario- porque a él lo había votado la gente "pensante". Terminó de hablar y cada uno guardó sus petates -menos el matrimonio presidencial que ni siquiera se acercó hasta el Hotel Panamericano para no ser salpicado por la derrota- y se fue para su casa. ¿No había que festejar? ¿No era que estaban contentos? Lo cierto es que ayer debe haber sido el peor día en la vida del presidente K, ya que dos de sus candidatos sucumbieron ante sus rivales en las urnas. Sólo le faltó enterarse que Racing descendía al Nacional B.

Es cierto, los que ganan festejan. A cuarenta cuadras del centro porteño, la gente del PRO daba rienda suelta a la alegría. Atrás quedaron las campañas sucias y hasta la amenaza de un atribulado Filmus de bajarse de la fórmula si desde el gobierno se utilizaba el divorcio de Macri como una chicana para obtener más votos. En el cuartel macrista alguien, por lo bajo, señaló: "Esperemos que todo haya terminado, que no sigan apuntando sus cañones contra Mauricio y que nos dejen gobernar en paz". Por el bien de todos, esperemos que sea así.

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