El post tardío, pero vigente

Este post quise escribirlo con anterioridad, pero durante los últimos días me rondó la cabeza y decidí darle vida. Él (Daniel Hadad) es empresario periodistíco, dueño de radios, portales de internet y alguna participación en Canal 9. El otro (Néstor Kirchner, su esposa Cristina y sus ministros confirmados) es parte de un gobierno pseudo progresista, que selecciona hasta el último detalle con quienes se relaciona. Hadad, como empresario, hace negocios. Por eso, nadie le criticaría sus socios para la compra, en su momento, de Canal 9, entre los que se encontraba el dueño de Página 12. Su misión dentro del mundo del periodismo pasa por ganar plata. Es por eso que tampoco se le criticaría sus buenas relaciones con el poder K, que le permite abultar su ya abultada billetera y hasta piense gestionar otros emprendimientos de la mano de quienes ejercen la primera magistratura. Pero el ojo lo pongo en la gestión K, que critica a Mauricio Macri por sus vinculaciones con el menemismo (Hadad le prestó al ex presidente su casa en Mailing para filmar un spot televisivo para las elecciones del 2003), al diario La Nación y todo aquello que huela al tufillo de la etapa más oscura del país bajo el manto militar. Ahora, pregunto y me pregunto: ¿Qué es más criticable, que Hadad quiera hacer negocios con el gobierno kirchnerista o que éstos se hayan acercado a un empresario periodístico que se encuentra en las antípodas de su pensamiento político? Una duda a la que espero que puedas aportarle algún comentario.

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