Un amor bestial



Los diarios suelen publicar notas sobre historias curiosas, de intriga, de dinero y hasta de amor... Esta es una historia de amor publicada por el periódico francés "Le magazine des voyages de peche", donde Arnold Pointer -un pescador profesional del sur de Australia- relata cómo salvó de la muerte segura a un gran tiburón blanco hembra tras quedar enredada en sus redes. Pero como toda historia de amor, al fin y al cabo surge el problema: "Desde hace dos años no ando solo. Ella me sigue a todos lados cuando estoy en el mar, y su presencia ahuyenta a los demás peces. Ya no sé qué hacer para que no me siga". Si a veces resulta difícil deshacerse de un ser de carne y hueso, habrá que imaginarse la ardua tarea de evadirse de un bicho de 17 pies de largo. Pero entre Arnold y "Cindy" (es especial por parte de ella) hay amor: "Cuando paro el bote ella viene a mí, da vuelta sobre su costado y me permite acariciarla, ella emite gruñidos, entorna los ojos y mueve sus aletas de felicidad". ¿Cuántos humanos darían hasta lo que no tienen por vivir una historia de amor semejante?

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