Endulzando los oídos (con historia)




Mi unicornio azul ayer se me perdió
Pastando lo dejé y desapareció
Cualquier información bien la voy a pagar
Las flores que dejó no me han querido hablar.

Mi unicornio azul ayer se me perdió
no se si se me fue, no se si se extravió
Y yo no tengo más que un unicornio azul
Si alguién sabe de el, le ruego información
Cien mil o un millón yo pagaré
Mi unicornio azul, se me ha perdido ayer, se fue.

Mi unicornio y yo hicimos amistad
Un poco con amor, un poco con verdad
Con su cuerno de añil pescaba una canción
Saberla compartir era su vocación.

Mi unicornio azul ayer se me perdió
Y puede parecer acaso una obsesión
Pero no tengo mas que un unicornio azul
Y aunque tuviera dos, yo solo quiero aquel
Cualquier información la pagaré
Mi unicornio azul, se me ha perdido ayer, se fue.



Todo comenzó en la mesa de un bar porteño. Reunión de amigos y sólo una mujer que se distraía entre el diálogo sobre fútbol, política y economía. Muchos cafés y cervezas, demasiados ante la imposibilidad de prender un cigarrillo para calmar la ansiedad de las palabras. Hasta que alguien hizo la siguiente pregunta: - ¿Qué quiso decir Silvio Rodríguez cuando escribió Unicornio Azul?
Impávidos quedamos ante semejante pregunta, pero fue el tema que más le interesó a la mujer que ya bostezaba sin disimulo. Para quienes peinamos canas -algunos más que yo- fue una canción emblema durante la época amarga, pero nadie se había puesto a analizar la letra. Al fin y al cabo, a la hora de "una que sepamos todos" siempre surgía Unicornio Azul.
Si en algo coincidimos los participantes de la charla -antes de pedir otra vuelta de cerveza- es que Unicornio es la canción más conocida de Silvio Rodríguez. Pero nadie coincidió en la interpretación de la letra. Alguien aventuró a decir que estaba relacionada con la amistad, en especial aquella perdida e irremplazable. Otro comensal del colosal coloquio decidió golpear la mesa y espetar: "Ma' que amistad... Se trata de un bolígrafo azul!!!!!". Nadie intentó controlar su graduación alcohólica a esa altura del profundo debate, pero nos aseguramos que no llegara a su casa manejando.
- Yo tento la posta -trinó el tercero en entrar en la conversación. "Se trata de un amor fallido. Silvio asistió a una reunión en su honor y se reencontró con un viejo amor, que terminó en nuevo porque se la llevó a la cama. Al despertarse -siguió relatando un aparente conocedor de la biografía del cubano- la mujer en cuestión no estaba y donde debía estar encontró un ramillete de flores marchitas (¡¡¡¡A la mierda!!!! exclamé yo al imaginar la situación y quedarme encantado con la figura). Sin salir de su asombro, prendió el televisor y se puso a ver una película, donde la empresa productora de la misma tenía como emblema un Unicornio Azul. Ahí se le ocurrió la letra".
No fue un final rimbombante, pero la figura de las flores marchitas me partió el corazón. Otro amenazó también con golpear la mesa y hablar, pero se dio cuenta que había poco espacio entre los pocillos y los vasos. Entonces con tono bajo sostuvo que la canción se la dedicó a su único blue jeans, que había sido robado de un tendedero o mientras jugaba un partido de fútbol (de ahí lo de "pastando lo dejé"). Hago un punto para decir que hay una marca de jeans mexicanos que se llama Unicornio Azul, que también era popular en Cuba. El último de los asistentes, mientras la mujer seguía aún ausente de la conversación, recordó que a comienzos de la década del '80 el mismo Silvio Rodríguez se encargó de contar la historia: "Todo empezó por un amigo muy querido que tuve, un salvadoreño llamado Roque Dalton, quien además de haber sido un magnífico poeta fue un gran revolucionario, compromiso que le hizo perder la vida cuando era combatiente clandestino. El caso es que Roque tuvo varios hijos; entre ellos Roquito —el que hace tiempo se encuentra prisionero, y del que no se sabe suerte—, y Juan José, que jovencito y delgado como es fue guerrillero, herido, capturado y torturado. A este último fue a quien encontré hace poco y me contó que allá, en las montañas de El Salvador, andando con la aguerrida tropa de los humildes, trotaba un caballito azul con un cuerno". También dijo que en una entrevista en la República Dominicana el cubano reconoció que el unicornio no es más que la inspiración perdida.
Todos quedamos con la mirada perdida, mareados por la conversación y por la cerveza. Fue ahí cuando la mujer -quien no había emitido palabra durante la charla, en una mezcla de respeto y de bostezos- dijo que esa canción no tiene un significado concreto, pero no hubo, hay ni habrá un "tema tan bello". ¿Vos qué pensás?

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