Humillaron al humillador


Ayer la intolerancia perdió por paliza. El mensaje conmovedor y masivo de las urnas fue contra un Néstor Kirchner mariscal de la derrota y principal responsable de haber llevado a esta situación de crisis al gobierno de Cristina. La mezquindad, la hipocresía y el autoritarismo no son de derecha ni de izquierda. Hablan de la dimensión humana de un dirigente que fue derrotado en sus dos domicilios: el de siempre en Santa Cruz y el oportunista, en Buenos Aires. Kirchner se obsesionó tanto con su mirada conspirativa que desde que expulsó a Roberto Lavagna empezó a ver enemigos por todos lados. Fue tan grande su torpeza que se peleó hasta con sus compañeros de ruta y defensores mas aguerridos. Quiso disfrazar de progresismo su voracidad por el poder y el dinero y su viraje a la ortodoxia mas rancia. Convenció a algunos intelectuales a la carta y artistas que se sacrificaron en su altar porque compraron sus espejitos ideológicos. Algunos de buena fé. Y otros por ser empleados del estado. No hay nadie que la haya hecho mas daño a la investidura presidencial que Néstor Kirchner. Durante el irracional conflicto que desató contra el campo planteamos que se había convertido en un presidente de facto. Todos los que le advirtieron que estaba cometiendo errores que lo llevaban al precipicio fueron castigados como traidores. Sus ataques hicieron crecer a varios de los grandes ganadores de ayer: Francisco De Narváez, Felipe Solá, Julio Cleto Cobos, Poliarquía, la Mesa de Enlace, los medios de comunicación. En su desenfrenada cuesta abajo se llevó puesto a Daniel Scioli y a Sergio Massa, entre otros. Cristina se salvó porque aunque Kirchner piense lo contrario, la mayoría de los actores políticos que él combatió al grito de golpistas y oligarcas, en realidad defienden la democracia mucho mas que él y la entienden como un lugar de diálogo y de responsabilidad para extirpar las injusticias sociales de nuestro país. El Partido Justicialista ya está buscando un nuevo conductor. Nunca quisieron a Kirchner. Y ahora le perdieron el miedo. Quiso poner de rodillas a todos y termina pidiendo la hora referí. La liga de gobernadores e intendentes ganadores, tendrá que leer con lupa el resultado para poder recomponerse hacia el 2011. Las urnas están reclamando un dirigente de nuevo tipo. Alguien que lidere con respeto y dando el ejemplo y no con el látigo y la chequera. Un hombre que valore las diferencias y sea capaz de enriquecerse con el pensamiento del otro y no con las coimas de las obras públicas. Un dirigente que no mienta y sea capaz de enfrentar las cifras adversas del INDEC y que no se esconda entre patoteros y malversadores como Luis D’Elía y Guillermo Moreno. El mapa político de la Argentina cruje y se reacomoda. Las campañas sucias hicieron más que confirmar el final de la era kirchnerista. El intento de convertir al periodismo en una legión de chupamedias fue abortado por el voto popular. En muchos lugares hubo paliza y papelón. Se puede humillar a una parte de la gente durante un tiempo. Pero no se puede humillar a toda la gente todo el tiempo. Hay un momento que hasta el más obsecuente se satura y se va. Hay un momento en que la sociedad utiliza la democracia para decir basta. Toma la decisión y humilla al humillador.


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