Actitud autodestituyente

Hay que decirlo de entrada para que no quede ninguna duda. No hay un solo grupo político, empresarial, periodístico o sindical importante que hoy esté planteando un golpe de estado ni un derrocamiento de los Kirchner.Puede ser que haya entre algunos nostálgicos de las dictaduras y entre ciudadanos indignados cargados de odio una expresión de deseo para que los Kirchner no terminen su mandato. Esa actitud ultraminoritaria recibe el repudio y el rechazo terminante de la inmensa mayoría de los ciudadanos democráticos que creemos que la única manera de mejorar la democracia es con mas democracia. ¿Está claro? El único sector con poder que conspira todos los días contra el buen desempeño del gobierno es el propio gobierno. Todos los días el matrimonio Kirchner desata batallas contra quien no se arrodille ante sus órdenes. Eso genera un clima de violencia e intolerancia que le hace muy mal a las instituciones y que mancha la investidura presidencial. El pecado mas grande que comete el gobierno en este plano es la discriminación. El doble discurso y la doble moral que muestra frente a cada situación conflictiva.Es una actualización del vieja frase autoritaria: “A los amigos todo y a los enemigos ni justicia.” Este es el germen del mal humor social que hoy existe. El gobierno debe ser el primero que tiene que dar el ejemplo y mostrar una actitud prudente y sobre todo que la ley es pareja para todos. Lo que mas irrita es ver que ante la misma actitud los amigos del gobierno reciben apoyo y dinero. Y los que critican al gobierno reciben palos y descalificaciones. Le doy algunos ejemplos. Si los delegados del subte bloquean la salida de los trenes para el gobierno son unos loquitos de izquierda que le hacen el juego a la derecha. Pero si es Hugo Moyano el que bloque la salida de los diarios con sus camiones eso es un reclamo justo. Si los piqueteros que reclaman cooperativas de trabajo sin clientelismo cortan la 9 de julio son grupos aliados a Eduardo Duhalde que quiere desestabilizar al gobierno. Ahora, si los piqueteros que respaldan a Alicia Kirchner cortan la 9 de julio es un gesto de grandeza democrática hacia el gobierno popular. Si los movimientos sociales reclaman puestos de trabajo en las puertas de los edificios públicos están fomentando el caos. Pero si los intendentes reparten esos puestos solo entre sus militantes es un ejercicio de la justicia social. Si Raúl Castells quiere cortar el Puente Pueyrredón y trabajadores de la UOCRA protestan contra una empresa amiga del gobierno y contra Julio de Vido hay que imponer el orden y liberar esos lugares. Pero si es Luis D’Elía el que paraliza la ciudad con su marcha o los gremios kirchneristas que protestan contra Macri, “ son los pobres y los negros, como dijo Cristina, que se están organizando. Si aparecen grupos piqueteros con sus caras tapadas y palos se trata de violentos que quieren debilitar al gobierno y que violan la ley. Pero si los de Quebracho que son los líderes de los palos y capuchas apoyan a Milagros Sala es una actitud solidaria con los que luchan contra la pobreza. No se puede ser tan arbitrario. No se puede juzgar los mismos hechos con varas tan distintas. Todos los bloqueos, tomas, cortes de ruta, escraches y actitudes violentas deben ser rechazados por igual porque están fuera de la ley por igual. Es irracional creer que las movilizaciones opositoras son golpistas y las oficialistas son democráticas. Esta actitud autodestituyente es la que mas bronca genera. La que tira más nafta al fuego. La que más desgasta al gobierno. Y repito: la produce el propio gobierno.

Vía blog de Alfredo Leuco

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