¿Tiene una utilidad ser periodista?

A lo largo de los años muchos se hicieron la pregunta en torno a la necesidad de un periodismo objetivo, sensacionalista o que refleje la realidad de un hecho. El libro de Pascual Serrano intenta despejar estas dudas y bien vale un párrafo de la crónica publicada por el diario La Vanguardia: "Es importante dejar claro que este ensayo apuesta por un modelo de periodismo que sea plural - que pregunte a todas las partes aunque no crea a todos por igual -, que sea riguroso - que no justifique manipulaciones por coincidir ideológicamente - y, sobre todo, que sea honesto. O sea, que no mienta, que su compromiso sea sincero y auténtico. Un buen periodista, si no es un mueble, se puede equivocar, pero no traicionar a su lector, ni mucho menos a sí mismo". Sin embargo, en los últimos tiempos arrecian los insultos contra la profesión. Desde las posturas tremendistas de presidentes, como Chávez, Correa y la mismísima Cristina, o bien desde las series de TV, como el caso de Criminal Minds. Lo concreto es la verdad que en su momento dijera Horacio Verbitsky: "Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar".

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