Con la mano en la urna
Este post es el preelectoral. Mañana comienza la veda y no voy a escribir nada sobre la contienda del domingo. Sólo aprovecharé para dejar este post leído en Abre tus alas, que refleja la sensación de muchos frente a los comicios. Las dudas, las broncas, las ganas de decir muchas cosas, los miedos... Habrá que explicarle a Dolores Argentina –tiene 6 años y hasta David Nalbandian y la Tigresa Acuña la conocen, o por lo menos les pagaron para que difundieran su historia- que su vida no es color de rosa y tampoco hay indicios que vaya a serlo: pinchan los teléfonos, la pobreza se enrosca en torno a la Capital Federal e invade grandes sectores del conurbano –a pesar de ufanarse de las grandes recaudaciones y los superávit suntuosos-, la riqueza se sigue repartiendo para los que más tienen, el abandono de las provincias que no responden a sus ideales -¿cuáles?-, el ninguneo a los periodistas –que no se extiende a aquellos que suelen recibir los sobres oficiales-, la inseguridad que obliga a vivir con miedo o encerrados, la alegría nocturna quedó de lado, la corrupción que roza a algunos funcionarios del gobierno, hallar sobres con dinero en los baños... En fin, miles de cosas que obligan a meditar a la hora de votar el domingo. Sería bueno tener comentarios que me orienten y, como diría un otrora empresario periodístico, no me dejen solo.
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